Brexit: Terremoto en Europa.

Cameron dimite, después de suicidarse políticamente y pegarle un tiro en el pie al parlamento y al partido conservador, arrastrado por el ‪#‎Brexit‬ como resultado de la convocatoria del referendum y pasando a la historia como responsable de esta decisión, sin explicarle a su pueblo TODAS las consecuencias de esa decisión. El 51,9% ha votado salir de la Unión, frente a un 48% (72% de participación). El índice británico ha caido esta mañana en picado. Hace sólo 13 meses, David Cameron ganó con autoridad y contra pronóstico la carrera por la reelección, prometiendo un referendum de «independencia» como hipoteca. Con un partido dividido ante la línea dura de Thatcher y admiradores, para frenar el ascenso del UKIP.

Irlanda del Norte pide unirse a Irlanda y Escocia otro referendum después de decidir quedarse engañados, porque querían ser europeos. «Escocia no puede ser obligado a salir de la UE en contra de su voluntad, no se puede, con toda decencia, negarles un segundo referéndum. Si los argumentos a favor de la salida son acerca del autogobierno, tener de nuevo el control, ¿por qué no deben los escoceses recuperar el control?», dijo a CNN el historiador Simon Schama. Cameron no sólo ha dividido y debilitado a Europa, sino que lo ha hecho también internamente.

Será una paradoja ver ahora a los escoceses pedir un referendum de independencia, porque no quieren salir de la UE, mientras independentistas catalanes (que se comparan con ellos) quieren un referendum para salir de la UE. Otra paradoja será una UE con el inglés como lengua oficial sin Inglaterra. Echándole sentido del humor: ¿habrán llegado los votos por correo de los ingleses que estaban haciendo balkonig en nuestros hoteles?

Hoy en UK se han dado la mano el neoliberalismo y el populismo (que va mutando en cada país de una forma diferente apelando a los sentimientos más primarios), porque el populismo es consecuencia de sus políticas insolidarias neoliberales. El extremismo está creciendo en Europa, derritiendo a los partidos moderados. Merkel y sus acólitos se equivocaron imponiendo una salida de la crisis y después de constatarlo sin rectificar. Hoy en UK han votado sin ningún plan B de salida, han querido darle una solución casera a los problemas globales. Han culpado a la UE de todo lo que les sucede, como si las políticas de Cameron (compañero de partido de Merkel), fuesen ajenas.

Uno de los catalizadores del ‘Brexit’ ha sido el control de los flujos migratorios, de hecho era la principal preocupación de quienes lo han votado. Llevo muchos años diciendo que la inmigración es un problema que deben abordar los partidos centrales, sin demagogias, sin infantilismos y poner negro sobre blanco grandes pactos y que se cumplan. Porque sin pactos, la inmigración un factor importante para el extemismo y el populismo, que crecería como la espuma. No se ha hecho nada y está sucediendo a lo largo y ancho de Europa. Hoy ha se han roto años de colaboración después de la II GM, los británicos han decido caminar en dirección contraria, rompiendo el mercado más grande del mundo.

A partir de hoy ya no seremos 28, sino 27. Tendrán dos años para recoger sus cosas y mudarse, en este divorcio traumático e inesperado (se trata de un divorcio en el que una parte solicita la ruptura y la otra fija unilateralmente los términos). Muchos otros países y actores políticos estarán observando como sale este experimento, para tomar o no el mismo camino. De hecho los populismos se han apresurado a dar ruedas de prensa para culpar a la UE y pedir la ruptura. La UE se ha apresurado en una postura ejemplarizante a acelerar las negociaciones de salida.

Ayer los británicos se levantaron siendo europeos y se acostarán hoy saliendo del club, después del triunfo de la campaña populista del UKIP que ha ocultado y negado la realidad, y basándose en frases hechas como «tomar el control» en un mundo global e interdependiente, acompañados por aquellos que han abierto una guerra en el partido Conservador. Hoy han votado ruptura, en contra de cualquier acuerdo. Quienes sufrirán las consecuencias negativas de esta decisión volverán a ser los mismos de siempre. Los mismos obreros que masivamente han sido determinantes, con su voto, para la salida de UK de Europa. De hecho 9 de cada 10 acaban recientemente de votar en Austria a un partido nazi, después de 70 años.

Como español me siento consternado por esta, creo, mala decisión. Son muchas las relaciones comerciales que unen a España y UK, que espero que se mantengan y se refuercen; aunque esta decisión lo que hace es poner palos en las ruedas. Los británicos pasarán a ser extra-comunitarios y si baja la libra perderán poder adquisitivo (la libra ha caído a niveles no vistos desde 1985), impactando negativamente en el turismo y en la compra de viviendas.

En Europa no se ha asumido que existe una crisis y no ha sabido juntarse y arrimar el hombro para ayudar a salir todos juntos. En lugar de ello nos hemos tirando los trastos a la cabeza, culpándonos unos a otros e internamente. Desde el primer momento la reacción fue la de cada país ir por libre, echando a los perros a países como Grecia, Irlanda, España, Portugal, Italia,… abandonándolos a sus suerte durante años, hasta que países como Alemania vieron el incendio en sus puertas. Entonces el BCE empezó a actuar sosteniendo la prima de riesgo, cuando el daño ya estaba hecho y era más irreversible. Paralelamente se han aplicado políticas de austeridad, que se han repercutido sobre los gastos sociales, en las espaldas de los más débiles. Han debilitado a Europa como actor global, incapaz de hacer frente a problemas como Ucrania o Siria y haciéndonos vulnerables internacionalmente.

España se encuentra ahora en situación más frágil que en 2011, con una deuda pública del 100%, que ante la previsible subida de la prima de riesgo le subirá el coste de financiación y exigirá más recortes. La bolsa se ha desplomado en su peor apertura de la historia. Muchos británicos que viven entre nosotros se quedan en una situación de incertidumbre. Hoy es un día triste para Europa y alegre para sus enemigos.