Negacionismo: cambio climático, holocausto, dictaduras, brecha de género, evolución, terraplanismo, antivacunas, …

El negacionismo es la búsqueda de mentiras confortables dando la espalda a la realidad. El negacionista se mueve en creencias, detrás de las cuales hay poderosos intereses religiosos, políticos, sociales y económicos de empresas implicadas, descartemos la insensatez de entrada. Una gran masa de personas acríticas se alimenta de las dudas que les llegan por los distintos medios de comunicación, les da igual que la información sea científica o no, cualquier hipótesis explicada con elocuencia les suena atractiva y creíble. Cada vez conocemos más a fondo el cerebro, el universo, la Tierra, el cuerpo humano, la historia, la química de la vida, la Luna… y sin embargo parece que cada vez hay más gente que opina que la Tierra es plana, que el hombre no ha pisado la Luna, que reinventan la historia, que las vacunas no funcionan o que el calentamiento global es mentira. Estas «ideas firmes» y «profundas» motivan el rechazo a todo lo que no sea compatible con ellas, porque la realidad no les gusta. Da igual que haya evidencias científicas y documentadas, consensos claros que nadie duda (todavía hay gente que piensa que la Tierra es plana). 

En la ciencia es más claro, si no crees en algo, se rebate con pruebas y de-mos-tran-do todo lo contrario, el método científico es claro. Los negacionistas no se molestan en dar pruebas para demostrar las verdades que niegan, simplemente no quieren saber. Es un comportamiento “no científico” por que: no atiende a razón alguna y presenta una realidad alternativa distorsionada que obedece a creencias emocionales o ideológicas, sin pruebas que demuestren lo contrario. Hay una minoría de científicos, que niegan el consenso general, los «científicos negacionistas» incluso ponen en cuestión hechos, por ejemplo no se puede decir que no existe la gravedad, para ellos una mentira no es una mentira, sino una opinión, que debe ser respetada forzosamente, aunque sea una rotunda tontería. Utilizan falacias, interpretaciones erróneas y razonamientos espurios, intentando generalizar casos minoritarios y escasos para forzar sus afirmaciones a favor de sus tesis, como si la excepción fuese la norma. Estos falsos «expertos», excéntricos y raros, a veces sólo producen hilaridad por sus opiniones inconsistentes, pero cuando se trata de temas serios, el daño social puede ser importante. Muchas víctimas no sólo se tienen que enfrentar a sus agresores, también a los negacionistas, a quienes les patrocinan y les siguen. En una sociedad mediática consiguen una gran difusión. En las discusiones utilizan argumentos con mucha pasión, que es inversamente proporcional a la cantidad de información real disponible; cuánta más emoción, más pasión y menos contenido real. Aunque el poder de la evidencia nunca lo tendrán. Estos “expertos” fueron muy utilizados por las empresas tabaqueras desde la década de los setenta o por las petroleras desde los noventa (por ejemplo), para negar el daño a la salud o el ecológico. 

The Matrix (1999). En ella, se le ofrece al protagonista Neo la elección entre tomar una de las dos píldoras. La píldora azul le permitirá olvidar lo sucedido y permanecer en la realidad virtual de Matrix, mientras que la roja lo liberará de ella y lo conducirá al mundo real

Son muchos los ejemplos:

Negacionismo del Cambio climático. La negación del cambio climático antropogénico es una corriente ideológica que (en contra del consenso científico) niega que el calentamiento global exista o que sea causado por el ser humano. Normalmente se atribuye la negación del cambio climático al producto de intereses comerciales por parte de grandes (muy grandes) corporaciones que distribuyen productos que afectan el medio ambiente. Es uno de los ejemplos de negacionismo que pervive hasta nuestros días, grandes empresas no sólo han pagado a expertos durante décadas, sino que han financiando a personas decisivas a la hora de tomar decisiones o crear opinión pública, para convencernos y para que no se tomaran medidas que atajaran el problema, porque éstas opiniones, medidas o decisiones van contra su negocio.

Curiosamente, buena parte de las corporaciones que patrocinan el negacionismo climático se presentan ante la opinión pública como instituciones preocupadas por la calidad del medio ambiente y el bienestar humano. La revista Newsweek reportó en 2007 que la negación del calentamiento global es una campaña coordinada y financiada por «científicos» opositores, think tanks liberales e industriales que «ha creado una niebla paralizante de dudas alrededor del cambio climático». Incluso se llegaron a clasificar imágenes satélite (muy grave) que evidenciaban grandes desastres climáticos. Este es un ejemplo de opinón de un «experto de alto nivel» en contra del protocolo de Kioto: «Estamos viviendo en un entorno cada vez más exuberante de la flora y fauna, como consecuencia del aumento de dióxido de carbono. Nuestros niños disfrutarán de una Tierra con muchas más plantas y vida animal que la que ahora estamos bendecidos. Esto es un regalo maravilloso e inesperado de la Revolución industrial». A nadie se le escapan las repercusiones económicas y las campañas inmorales de desinformación que han estado dispuestos a hacer durante décadas,…. ahí quedan muchas de estas «frases gloriosas».

Negacionismo del Holocausto y crímenes de lesa-humanidad. Consiste en el acto de negar el genocidio de los judíos en el Holocausto durante la II Guerra Mundial, afirmando que la Solución Final de la Alemania Nazi tenía como único objetivo deportar judíos del Reich, que no incluía el exterminio de judíos; que las autoridades nazis no usaron campos de exterminio y cámaras de gas para asesinar a judíos en masa; o que el número real de asesinados fue menor que la cifra históricamente aceptada de 5 a 6 millones. Los negacionistas históricos no aceptan la palabra negacionismo como una descripción apropiada de sus actividades y usan el eufemismo de «revisionismo» en su lugar. En muchos países de Europa el negacionismo del Holocausto está prohibido por ley, de hecho, puede ser fácilmente condenable. Muchos países tienen una amplia legislación contra la intolerancia.  

El negacionismo se identifica principalmente con el esfuerzo de reescribir la historia. Es la negación de crímenes históricos contra la humanidad. No es una reinterpretación de hechos conocidos, sino la negación de hechos conocidos. También hay instrumentación de los hechos pasados para justificar hechos actuales vergonzosos. Los argumentos del negacionismo no tienen su compromiso con la verdad, sino con una ideología y por lo tanto utilizan razonamientos vacíos. Ningún historiador serio pregunta si el Holocausto tuvo lugar, la tragedia más documentada de la historia. Hay quien ha comparado el negacionismo del Holocausto como una «parte del exterminio mismo», quizás porque quienes lo niegan o lo justifican, dejan la puerta abierta para que pueda volver a suceder.

El negacionismo de las dictaduras, de la represión y el asesinato político, utiliza diversas estrategias y líneas de argumentación de manual. Sus tácticas oscilan entre la negación total de los hechos (nunca sucedieron), hasta la minimización (que no fué para tanto) o la trivialización de los crímenes. Por supuesto, las afirmaciones de que nunca sucedieron son fácilmente desmontables, basta mencionar los numerosos testimonios de supervivientes y testigos. España, es un ejemplo: es el país del mundo con “más desaparecidos” después de Camboya, y no existe equivalente en Europa respecto a la intensidad y duración de estas atrocidades de Estado. Los fusilamientos, torturas, la utilización de los presos como mano de obra esclava, el robo de hijos, el expolio de bienes, son algunas de las graves violaciones de derechos humanos que se prolongaron durante décadas, e incluso sobrevivieron años después de la muerte del dictador.

Por eso mismo, cuando es imposible negar la existencia de esos hechos, el paso siguiente es decir que no hubo tantas víctimas, que es una exageración, e incluso transferir la culpabilidad a otros, incluso a las víctimas inocentes (vamos, que se lo merecían). Y el último paso es trivializar y relativizar la brutalidad, diciendo que el bando de sus víctimas era también brutal; o que nadie sabía nada y que sólo lo sabían los ejecutores que actuaban por su cuenta, y tampoco faltan las teorías conspiranoicas donde todos los expertos se han puesto de acuerdo para contar mal la historia, menos ellos (como en el desfile aquel que todos desfilaban mal, menos su hijo que no llevaba el paso cambiado). Tratan de demostrar que la brutalidad es “normal” a lo largo de la historia, y por tanto no son culpables de usar esos métodos. Les falta decir que los verdugos realmente eran víctimas, pero no se atreven a tanto ¿o sí?. Todo ello, por supuesto, lo hacen sutilmente escondiendo sus argumentos en palabrería, porque ponerse de parte de los represores descaradamente no es popular. La mayoría de los negacionistas tienen fuertes vínculos con movimientos políticos cuyas agendas son antidemocráticas, su negacionismo es un elemento más de un programa político mucho más amplio.

El revisionismo suele dotarse de una apariencia científica con el objetivo de ser tomado en serio. Presentan los hechos como algo no incontestable, sino como sometidos a discusión y debate. Su principal objetivo es ser reconocidos como creíbles y respetables historiadores. Cuando la cultura de la negación es dominante, especialmente en pequeñas comunidades. Aquellos que quieren desvelar verdades incómodas son calificados de “problemáticos”. El negacionismo es consustancial al proyecto genocida en sí, puesto que permite a quienes niegan, perpetuar el crimen convirtiéndolo en un crimen perfecto, sin historia, ni responsables, ni huella, ni recuerdo, ni memoria.

Genocidio en Camboya de los Jemeres Rojos

Negacionismo de la brecha de género. La palabra «feminismo» significa (RAE) «Principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre». Es una definición clara. Además es un derecho que está en una amplia legislación nacional e internacional. El sexo (es algo biológico del cuerpo humano), el género (es el papel social que se asigna a la personas por ser hombre o mujer), son dos cosas diferentes (por ser mujer no puedes conducir en algunos paises). Quieren confundir el feminismo con lo que llaman «ideología de género«, es como si le llamáramos a no discriminar por su raza «ideología de raza» (no se debe discriminar, y punto). Los derechos humanos y las leyes no son ideologías, hay que respetarlos. La palabra feminismo es lo suficientemente potente sin más apellidos, es la mayor revolución pacífica, mundial y viva que recorre nuestro planeta. Ahora bien, las leyes son normativas y los hechos son positivos, se trata de que la normativa de la ley de igualdad de derechos (lo que debería suceder), sea un hecho positivo (que la igualdad real suceda). Se puede ser machista, y ser hombre o mujer. Todos los estudios, nacionales e internacionales (ONU, OCDE, UE, ..) tozudamente dicen que: esa igualdad real no existe, que hay una brecha de género. Es cierto que, por suerte, se ha avanzado gracias a leyes de igualdad en muchos aspectos, pero eso no quiere decir que se haya llegado a la igualdad real, es un asunto pendiente. Las brechas de género (desigualdades existentes entre hombres y mujeres) están en muchas facetas de la vida, en lo económico, social, laboral, cultural, sanitario,…etc, y la más terrible de todas es la violéncia de género, y dentro de esas violencias hay unas estadísticas insoportables de mujeres asesinadas.

Los negacionistas van desde quienes niegan directamente el machismo, por lo que el feminismo para ellos/as es absurdo e innecesario. Que eso es cosa del pasado, que una vez redactada la ley ya no hay machismo (como si escribiendo y votando un papel para acabar con el hambre en el mundo, automáticamente se hiciera realidad). Que eso es cosa de otras culturas y gentes de otros países salvajes. Construyen un argumentario donde quieren equilibrar el impacto de la violencia sobre la mujer y la violencia sobre el hombre, para así intentar decir que la violencia sobre las mujeres es lo mismo que sobre los hombres, olvidando las causas y los motivos, para decir así que todos/as son víctimas. Hay otro más retorcido diciendo que como también hay mujeres machistas, son culpables de educar generacionalmente en el machismo, pero se olvidan que quienes cometen asesinatos machistas, violan, maltratan y vejan a las mujeres no son ellas, sino hombres, el feminismo no niega la implicación o la complicidad de algunas mujeres, lo que niega es que obtengan beneficio propio. También está el argumento biológico, según el cual ser machista está en la naturaleza humana, y por lo tanto el feminismo es una paranoia que va contra algo connatural del hombre, porque un hombre no machista es poco hombre.

Otra negación es considerar que son casos aislados individuales y es cosa de la intimidad, no es un problema de la sociedad en su conjunto. Que no hacen falta políticas de igualdad (no hacer nada) porque aunque la sociedad sí puede ser machista, pero que avanza de forma natural a una evolución del pensamiento no machista (como si las leyes y las reivindaciones no hubiesen tenido nada que ver). Otro argumento es que las feministas son unas locas que no quieren asumir su papel de tener hijos, cuidar de su familia, … ; es decir, que no tienen libertad a decidir sobres sus propias vidas. Ven a las mujeres feministas, como feminazis que los odian, el feminismo es la invasión indebida de espacios masculinos (se inventan una categoría social «feminazis» de los que son sus «victimas»). Para los negacionistas no es que sean hombres los que asesinen, violen, torturen, discriminen o minusvaloren a las mujeres, sino que son ellas las que odian a todos los hombres. Hay mucho de miedo a que quiten o cambien la forma de ser y de pensar, que reduzcan sus libertades y les pasen por encima. Si se aplica la paridad, resulta que se contratan a mujeres solo porque ser mujeres. Como si no se contratara a hombres para evitarse posibles bajas maternales, sólo porque son hombres, ¿eso es mérito laboral y académico?. Da igual si está demostrado que las empresas paritarias funcionan mejor, da igual. Otro argumento es que las instituciones falsifican el impacto del machismo para que les destinen más recursos, porque cuantos más casos haya les darán más presupuesto, que son «chiringuitos».

Convierten una excepción en norma para deslegitimar la violencia machista. Mienten sobre el número de denuncias falsas para atacar las leyes contra la violencia machista. El CGPJ (Consejo General del Poder Judicial) ha desmentido esta falacia, porque las denuncias falsas representan un 0,007% del total de las denuncias interpuestas. Sin embargo, no dicen que sólo se denuncia un 25% de todo el maltrato y por tanto 7 de cada 10 mujeres que sufren violencia no la denuncian. También introducen la violencia contra los hombres (que nadie niega que exista), pero no dicen que el 99% de hombres agredidos o asesinados lo son por otros hombres. Mienten cuando dicen que las mujeres están protegidas legalmente y los hombres no, porque existen leyes de violencia doméstica en el propio Código Penal. Lo cierto es que cada 10 minutos una mujer es asesinada en el mundo (y eso es donde hay estadísticas), la ley de violencia de género regula esta forma concreta de violencia, y negar que exista violencia contra las mujeres, una desigualdad estructural y el machismo, es una irresponsabilidad.

Negacionismo de la evolución. La evolución permanece como un hecho indiscutido dentro de la comunidad científica y academica, donde el nivel de apoyo a la evolución es esencialmente universal, pero hay quienes la niegan basándose en el fundamentalismo bíblico. Es difícil entender cómo alguien puede creer algo tan extravagante. La mirada alternativa es presentada a menudo como una interpretación literal del mito de la creación del Génesis, creen que el mundo fue creado por Dios hacia el 4004 A.C. por tanto, la evolución es un fraude y solo el creacionismo, más o menos sofisticado, explica nuestro mundo y su existencia. Aunque no hay evidencia que el creacionismo ocurriese, muchos cristianos fundamentalistas lo enseñan, como si fuese un hecho, bajo los nombres de ciencia de la creación y el diseño inteligente (está preocupantemente extendido en USA). Con el pack completo, las creencias que suelen acompañar al creacionismo incluyen el mito del Diluvio universal, el geocentrismo, y la creencia que la Tierra solo tiene entre 6.000 y 10.000 años de edad.

Todas estas creencias son consideradas pseudociencias por la comunidad científica y son ampliamente consideradas ficticias. Dicen que la evolución es una teoría, no un hecho; lo que pasa es que, desgraciadamente para ellos, si, si es un hecho constatable científicamente, y la teoría es la forma de explicarlo (lo mismo que la gravedad existe, Newton y Einstein trataron de explicarla, que la teoría sea mejor o peor no significa que las manzanas dejen de caer, y que la gravedad no sea un hecho). Dicen que la evolución es controvertida, que los propios científicos no se ponen de acuerdo sobre su validez, cuando realmente se refieren a aspectos menores y detalles de investigación. Prácticamente ningún científico serio duda en la actualidad del hecho de la evolución o de la validez de la teoría evolutiva en su totalidad. Dicen que la evolución no puede someterse a un test y no puede ser ciencia, esa proposición es falsa (la existencia de Dios no es una afirmación científica, porque no puede someterse a ningún test, para ser o no descartada), curiosamente se lo aplican a la existencia de la evolución y no a Dios. Otro argumento que usan es, que la evolución en sí misma es una religión, intentando ser ellos los científicos y que la evolución sea una especie de religión con Darwin de profeta (cosas veredes, amigo Sancho). Afirman que la evolución no puede ser observada, porque la evolución ha ocurrido en períodos de millones de años, se malinterpreta lo que es «observación», porque la teoría de la evolución se desarrolló originalmente para explicar la evidencia (hechos) obtenida de la observación de los registros fósiles. Dicen que no existen fósiles de tránsito, que entre una especie y su evolución no hay fósiles intermedios; mienten intecionadamente porque es falso, si existen y en abundancia.

Afirman que la evolución viola la segunda ley de la termodinámica (todo tiende al desorden en un sistema aislado), lo cual es una falacia porque, de suceder, esto lo haría dentro de sistemas aislados, y la naturaleza no lo es, muchos procesos naturales y artificiales producen orden a partir del desorden en sistemas abiertos usando energía y materia externa. Dicen que la evolución no puede crear estructuras complejas con complejidad irreductible, argumento popularizado por Michael Behe, un bioquímico evangelista, que está fundamentado en un tremendo error de concepto, porque el mundo animal está lleno de tipos de estructuras complejas y otras más simples, todas con complejidad irreductible y todas son susceptibles de mejorar evolutivamente. Otro argumento que usan es: que es muy improbable que formas complejas de vida evolucionen sólo por el cambio al azar, que un reloj de bolsillo no se monta al azar sino que es creado por alguien, pero eso es falso, y es una afirmación desde la más absoluta ignorancia, porque el diseño bottom-up (de lo sencillo a lo complejo) no es sólo probable, es inevitable, y casi siempre produce mejores diseños de los que un diseñador inteligente podría crear. Otro argumento es que la evolución no puede crear nueva información, que la nueva información requerida para crear nuevas especies no puede originarse espontáneamente, pero esta afirmación se cae muy pronto, cada mutación es una generación de nueva información y no toda la información es buena, la mayoría no sirve para nada, pero ocasionalmente las mutaciones que aportan un beneficio al organismo son inmediatamente absorbidas por la especie y evolutivamente propagadas. La evolución no explica algunos aspectos de la vida o la cultura, dicho de otra forma, no lo explica todo; otra falacia, para sustituir la ciencia por superstición (como la ciencia todavía no lo explica todo, ya te lo explico yo que soy un lumbreras).

Negacionismo de los Terraplanistas. Bueno, todo el mundo sabe la forma de la Tierra, pues no, hay quienes la niegan. De todos ellos es una de las teorías más delirante, para los terraplanistas la Tierra es plana, si, plana (tan plana como su encefalograma). Los terraplanistas imaginan un disco con el Ártico en su centro y con la Antártida en su perímetro. El Sol y la Luna serían dos “focos semejantes y opuestos”, cada uno con su luz propia. Reniegan de la gravedad asegurando que este gran disco  estaría “acelerando hacia arriba” y, por tanto, eso mantendría nuestros pies sobre la Tierra. Rechazan toda fuente de información que provenga de algún medio científico (la ciencia estaba confabulada esperando que ellos nacieran para engañarlos), negando gran parte del registro y legado en la historia de la humanidad.

Negacionismo antivacunas. El movimiento antivacunas no ha dejado de ganar adeptos desde que en 1998 la prestigiosa revista médica británica The Lancet pu­­blicara un estudio, que vinculaba una vacuna común con el autismo. Esta misma revista posteriormente retiró el estudio, que quedó absolutamente desacreditado. Pero la idea de que existe una relación entre las vacunas y el autismo quedó ahí propagándose, ha sido respaldada por figuras famosas y fortalecida por los habituales filtros de internet. Las vacunas son una de las grandes conquistas de la medicina, que han evitado gran cantidad de plagas y prevenido la extensión de pandemias. De hecho se están buscando vacunas para enfermedades que todavía son mortales y ojalá aparezcan pronto. La Organización Mundial de la Salud ha incluido el rechazo a las vacunas dentro de las 10 principales amenazas a la salud global para este año 2019, al mismo nivel que el ébola, la resistencia a los antibióticos o la contaminación atmosférica. Las fake news sobre política solo molestan y crean confusión, pero las fake news sobre vacunas matan. Y normalmente matan a los más débiles e indefensos; aquellos a quienes la ley no les permite protegerse de las decisiones motivadas por la ignorancia de sus padres. Por desgracia no hay vacunas contra la ignorancia.

Dejamos en el tintero otras muchas tonterias conspiranoicas, que niegan por ejemplo que el hombre llegó a la Luna (ahora que celebramos el 50 aniversario de la misión Apolo), o que el VIH no se transmite con el virus del sida, por tanto no es un factor de riesgo el sexo sin protección, impidiendo el uso de preservativos, o medicamentos e incrementando el número de personas afectadas,…. etc.

A lo largo de la historia, el negacionismo ha estado muy presente (por ejemplo aquel tribunal de la Santa Inquisición que llevó a juicio a Galileo, por concluir que la Tierra y los planetas giran alrededor del Sol) como herramienta de control político de aquellos grupos sociales más poderosos y siempre dispuestos a cortar de raíz todo tipo de cambio, de mejora social o progreso para la humanidad. En ese sentido, podría decirse que el negacionismo es el combustible necesario del que se nutre la maquinaria del pensamiento irracional que tanto daño ha hecho al ser humano.

Negar la verdad no sólo es un invento de este convulso siglo XXI en el que vivimos y que parece querer retornar peligrosamente a una edad oscura, casi medieval.  En el momento de la Historia en el que disponemos de más información, al alcance de todo el mundo, coincide con el de más flipados/as por metro cuadrado.