Coronavirus.

La especie humana ha mirado y mira el planeta Tierra como si fuese su dueña. Piensa que controla a la naturaleza, pero es todo lo contrario; nuestra civilización no ha llegado a ese punto. La naturaleza, nos acaba de mandar al rincón de pensar, y va a resetear todo nuestro planeta. En estos momentos no conocemos el recorrido que tendrá el Covid-19, esperemos que el daño sea mínimo, pero supone una cura de humildad para nuestra sociedad, un aterrizaje en plancha contra una realidad dura, y no previsible.

Una persona come una sopa de un animal salvaje, se contagia de coronavirus y cambia el mundo. Es otra versión del «efecto mariposa», un ejemplo particular propuesto por Edward Norton Lorenz, de la Teoría del Caos, que implica que si en un sistema se produce una pequeña perturbación inicial, mediante un proceso de amplificación, podrá generar un efecto considerablemente grande a corto o medio plazo. Voila!!!

En un mundo hiperconectado, el circo está servido. Quitando las fuentes oficiales, aparecen algunos comunicadores, tertulianos, «influencer», … en gran cantidad de medios y redes, que de pronto son «expertos en gestión de emergencias sanitarias» de pacotilla, para opinar sin ningún rubor «cuando» y «qué» se debería hacer. Economistas y mercados preocupados, porque si nadie sobrevive caerán los beneficios y sería muy difícil la recuperación económica (es sarcasmo). Con seguridad muchos paises terminarán el año 2020 con recesión, sufriremos desempleo y las sacudidas de los mercados financieros. Esperemos que no sea la coartada, para perpetrar los desmanes de la crisis de 2008; y hayamos aprendido para no cometer los mismos errores.

Esta crisis sanitaria supone una gran ensayo global de lo puede suceder en el futuro, donde (puestos a suponer) podrían sucederse crisis biológicas aún más contundentes, o consecuencia de otros fenómenos naturales, como puede ser el provocado cambio climático (los avisos están ahí). Seguir leyendo

Negacionismo: cambio climático, holocausto, dictaduras, brecha de género, evolución, terraplanismo, antivacunas, …

El negacionismo es la búsqueda de mentiras confortables dando la espalda a la realidad. El negacionista se mueve en creencias, detrás de las cuales hay poderosos intereses religiosos, políticos, sociales y económicos de empresas implicadas, descartemos la insensatez de entrada. Una gran masa de personas acríticas se alimenta de las dudas que les llegan por los distintos medios de comunicación, les da igual que la información sea científica o no, cualquier hipótesis explicada con elocuencia les suena atractiva y creíble. Cada vez conocemos más a fondo el cerebro, el universo, la Tierra, el cuerpo humano, la historia, la química de la vida, la Luna… y sin embargo parece que cada vez hay más gente que opina que la Tierra es plana, que el hombre no ha pisado la Luna, que reinventan la historia, que las vacunas no funcionan o que el calentamiento global es mentira. Estas «ideas firmes» y «profundas» motivan el rechazo a todo lo que no sea compatible con ellas, porque la realidad no les gusta. Da igual que haya evidencias científicas y documentadas, consensos claros que nadie duda (todavía hay gente que piensa que la Tierra es plana). 

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En la ciencia es más claro, si no crees en algo, se rebate con pruebas y de-mos-tran-do todo lo contrario, el método científico es claro. Los negacionistas no se molestan en dar pruebas para demostrar las verdades que niegan, simplemente no quieren saber. Es un comportamiento “no científico” por que: no atiende a razón alguna y presenta una realidad alternativa distorsionada que obedece a creencias emocionales o ideológicas, sin pruebas que demuestren lo contrario. Hay una minoría de científicos, que niegan el consenso general, los «científicos negacionistas» incluso ponen en cuestión hechos, por ejemplo no se puede decir que no existe la gravedad, para ellos una mentira no es una mentira, sino una opinión, que debe ser respetada forzosamente, aunque sea una rotunda tontería. Utilizan falacias, interpretaciones erróneas y razonamientos espurios, intentando generalizar casos minoritarios y escasos para forzar sus afirmaciones a favor de sus tesis, como si la excepción fuese la norma. Estos falsos «expertos», excéntricos y raros, a veces sólo producen hilaridad por sus opiniones inconsistentes, pero cuando se trata de temas serios, el daño social puede ser importante. Muchas víctimas no sólo se tienen que enfrentar a sus agresores, también a los negacionistas, a quienes les patrocinan y les siguen. En una sociedad mediática consiguen una gran difusión. En las discusiones utilizan argumentos con mucha pasión, que es inversamente proporcional a la cantidad de información real disponible; cuánta más emoción, más pasión y menos contenido real. Aunque el poder de la evidencia nunca lo tendrán. Estos “expertos” fueron muy utilizados por las empresas tabaqueras desde la década de los setenta o por las petroleras desde los noventa (por ejemplo), para negar el daño a la salud o el ecológico. 

The Matrix (1999). En ella, se le ofrece al protagonista Neo la elección entre tomar una de las dos píldoras. La píldora azul le permitirá olvidar lo sucedido y permanecer en la realidad virtual de Matrix, mientras que la roja lo liberará de ella y lo conducirá al mundo real

Son muchos los ejemplos:

Negacionismo del Cambio climático. La negación del cambio climático antropogénico es una corriente ideológica que (en contra del consenso científico) niega que el calentamiento global exista o que sea causado por el ser humano. Normalmente se atribuye la negación del cambio climático al producto de intereses comerciales por parte de grandes (muy grandes) corporaciones que distribuyen productos que afectan el medio ambiente. Es uno de los ejemplos de negacionismo que pervive hasta nuestros días, grandes empresas no sólo han pagado a expertos durante décadas, sino que han financiando a personas decisivas a la hora de tomar decisiones o crear opinión pública, para convencernos y para que no se tomaran medidas que atajaran el problema, porque éstas opiniones, medidas o decisiones van contra su negocio.

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Curiosamente, buena parte de las corporaciones que patrocinan el negacionismo climático se presentan ante la opinión pública como instituciones preocupadas por la calidad del medio ambiente y el bienestar humano. La revista Newsweek reportó en 2007 que la negación del calentamiento global es una campaña coordinada y financiada por «científicos» opositores, think tanks liberales e industriales que «ha creado una niebla paralizante de dudas alrededor del cambio climático». Incluso se llegaron a clasificar imágenes satélite (muy grave) que evidenciaban grandes desastres climáticos. Este es un ejemplo de opinón de un «experto de alto nivel» en contra del protocolo de Kioto: «Estamos viviendo en un entorno cada vez más exuberante de la flora y fauna, como consecuencia del aumento de dióxido de carbono. Nuestros niños disfrutarán de una Tierra con muchas más plantas y vida animal que la que ahora estamos bendecidos. Esto es un regalo maravilloso e inesperado de la Revolución industrial». A nadie se le escapan las repercusiones económicas y las campañas inmorales de desinformación que han estado dispuestos a hacer durante décadas,…. ahí quedan muchas de estas «frases gloriosas». Seguir leyendo