Tiempos de confusión y desigualdad.

El número de multimillonarios en España, durante estos diez años de crisis, se ha doblado. Este dato es demoledor para explicar exactamente lo que ha pasado. Los cambios de décadas son imperceptibles en el día a día, mirando por el retrovisor podemos observar que sólo sucedió una fase más de lo que lleva sucediendo durante mucho tiempo. Ha «triunfado» una determinada forma de entender la política, la economía, la información y la forma de plantear las relaciones internacionales en un mundo globalizado. Como reacción a todo lo sucedido, asistimos al ascenso de pésimos dirigentes: Trump, Putin, Maduro, Erdogan, Duarte, Orbán, Kim Jong-un, ….. Estas son las manos «responsables» en las que está el destino del mundo: que nos cojan confesados.

Se han construido mentiras sobre antiguas mentiras. Sería «aceptable» admitir que, a pesar de tener magníficos especialistas, éstos se hayan equivocado, provocando una situación crítica que desemboca en un desastrosa crisis social. Pero esa no es la verdad: lo sabían (por poner un ejemplo fenómenos globales como el cambio climático, burbujas especulativas,…). Si, eran conscientes, lo sabían y lo negaban, e iban más allá: les daba igual. Incluso un paso más: mentían interesadamente. Y el culmen de todo: se han llegado a montar fundaciones y se han pagado a «especialistas» para mentir. Fenómenos como el cambio climático, la contaminación de la tierra, del mar y del aire, o la burbuja financiera, son sólo algunos ejemplos. Aunque ahora los efectos nos están explotando en la cara.

El desastre financiero comenzó cuando en 2007 se disparó el impago de hipotecas en USA, cuatro meses después Bear Stearns elimina los fondos vinculados a las subprime, entonces el miedo llega a las bolsas a pesar de que la Reseva Federal y el BCE inyectan 100.000 millones de euros para crear liquidez, el contagio ya estaba servido y estalla en 2008. Quiebran grandes como Lehman Brothers y el gobierno interviene las agencias hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac. En 2008 USA se deja 700.000$ millones para cubrir los activos tóxicos de la banca, mientras Europa no actúa ajena el riesgo real. Atrás quedan ahora las promesas que se oyeron entonces de refundar el capitalismo pronunciadas por Sarkozy «le laisser-faire, c’est fini» en el G20 en 2008. Recordemos el rescate a Grecia e Irlanda de 2010, el de Portugal de 2011, y el  rescate de España llegó en 2012, como dijo Guindos «es un préstamo que hace Europa en condiciones extraordinariamente favorables». Esta es la descripción del desastre financiero que tratamos de remontan con muchas víctimas en el camino; el climático y otros irán llegando. Tenemos en España a día de hoy un 93% de contratos temporales, trabajadores/as que no podrán tener cotizaciones para cobrar una pensión digna, y que dudosamente pueden sostener las actuales.

El mundo ha cambiado, antes se trataban de ocultar las mentiras y si se descubrían eran un escándalo con sus respectivas consecuencias, hoy se miente interesadamente. Hoy la mentira es un recurso estratégico más para conseguir otros fines. En las redes si escribimos «el mundo es plano» encontramos posts defendiendo esa idea, si, en el ciberespacio, donde muchos acuden pensando que está libre de ataduras y manipulaciones. Ahora un partido gana las elecciones y con su mayoría decide eliminar a Darwin de los libros de texto (caso real en Europa), y se sienten legitimados para eso. La consecuencia de tanta confusión es que se ha perdido la credibilidad, aunque algunos medios digan la verdad siempre habrá quien la ponga en duda. Cada cual prefiere creer sus propias «verdades».

Desde hace décadas se ha propiciado que la política, en algunos niveles críticos, haya sido sustituida por tecnócratas, populistas y mercaderes. Las finanzas y la burocracia administrativa han ido desplazando a la política con mayúsculas, con simples gerentes con una visión simplista del mundo, que lo convierte en más peligroso y destructivo. Pésimos líderes que han minado en su credibilidad a la política clásica, hasta convertir sus mensajes en irrelevantes. Alrededor de todo el planeta han ido surgiendo y eligiendo a gobernantes de los que no podemos hacer otra cosa que sonrojarnos cada vez que se expresan; atrás quedaron los/as grandes estadistas, ahora tenemos vendedores de «curalotodo», auténticos charlatanes de una locuacidad sonrojante.

La indignación consiguió reunir a colectivos entorno al descontento, pero una vez allí no tenían una idea convincente y clara del rumbo hacia donde ir, porque no se trataba sólo de definir cómo administrar y señalar errores evidentes (internet era el medio de convocatoria, sin embargo no daba pistas de cómo y qué tipo de sociedad podrían crear). Hemos asistido a cómo las revoluciones sociales (con muchas aspiraciones legítimas), cuando las concentraciones se estancaron fueron aprovechadas por grupúsculos organizados que hablaban en nombre de «la gente» (incluso a multimillonarios usando el lenguaje surgido de esas concentraciones), para reconducirlas e instrumentalizarlas a su favor (llenando ese vacío de ideas), y en algunos casos conduciéndolos al fracaso y a la frustación. Hemos visto a liberales e izquierdistas en shock, que bendecían la revolución en la plaza Tahrir, dando como resultado de un gobierno controlado por un partido islamista, que luego eran los mismos que agitaban plumas láser cuando el ejercito entraba recuperando el poder. Pero quedándonos con lo positivo, lo sucedido y su reacción han creado un convulsión que ha obligado a replantearse la política; aunque los ricos son ahora más ricos y los pobres más pobres. Ese es a día de hoy el resultado.

A pesar de la participación de la mayoría de los bancos en la corrupción global, a pesar de la evasión fiscal masiva las grandes corporaciones, de la vigilancia secreta de los correos electrónicos y medios electrónicos, nadie ha sido procesado, sólo pocas personas en los niveles más bajos. La estructura de poder sigue siendo la misma, los rescatadores se han debilitado mientras los rescatados se han reforzado. Nada ha cambiado, al contrario: la enorme desigualdad sigue creciendo. Se pretende convertir la política en una extraña puesta en escena de la postverdad, donde nadie distingue lo que es verdadero o de lo falso.

Dicen que conscientemente no puedes solucionar un problema mientras no reconozcas que existe, que definas o diagnostiques claramente en qué consiste, y tengas manos libres y la confianza para actuar. En su lugar existe desconcierto, donde debería haber sosiego. Auténticos ejércitos de hater que disparan a todo lo que se mueve, hartazgo y apatía hacia todo lo que proviene de la política. Objetivo conseguido para quienes les interesa que la auténtica política no actúe.

Mientras: el poder real está en otra parte, manejando movimientos sociales y sus opuestos, y en función de ello controla las reacciones de la población a su favor, con el único objetivo de perpetuarse en el poder sin oposición. Estamos asistiendo a polarizaciones sociales, por un lado la candidez y el infantilismo de una parte de la izquierda, y por otra la resurrección de la más auténtica xenofobia y al fascismo, que pensábamos que estaban ya olvidados y eran residuales. Estamos viendo países cerrándose sobre sí mismos, e incluso sistemas educativos donde se está eliminando la teoría de la evolución porque (es alucinante), alegan que ofende los sentimientos de una parte de su población. Es como una extraña pesadilla en la que triunfan los estúpidos, y el sistema expulsa a los honrados e íntegros; haciendo que en algunos lugares gobiernen «los malos».

Las redes sociales se están cerrando en grupos afines, donde hablan sólo quienes están previamente de acuerdo, porque la propia dinámica vuela el resto de puentes de comunicación, cuando se proceden con radicalidad. Han aparecido líderes cuyo único objetivo es perpetuarse en el poder. Para estos personajes la realidad es sólo algo que puede ser manipulado y transformado a conveniencia usando los medios a su alcance. Como si dijesen ¿la verdad? ¿qué es la verdad?: la verdad será lo que yo decida. Así se construyen las «realidades» deseables, con estrategias de poder que controlan a la propia oposición, como en una gran obra de teatro, mientras el poder real se esconde detrás del escenario, ejerciendo sin que nadie lo note. La indignación a través de Internet ya no tiene el poder de cambiar el mundo y en su lugar, se está convirtiendo en un combustible que da de comer a los nuevos sistemas de poder y haciéndolos aún más potentes.

Vivimos en tiempos extraños. Eventos extraordinarios siguen ocurriendo que socavan la estabilidad de nuestro mundo: terrorismo, oleadas de refugiados, guerras por doquier, nacionalismos radicales, Brexit…… Quienes tienen ahora el control parecen incapaces de solucionar nada, no hay ninguna visión de un mejor o diferente tipo de futuro, del bien común. No hay un plan global convincente ni a medio, ni a largo plazo, de hacia donde queremos ir. Cada cual va por libre. Esto se debe a que en los últimos 40 años en lugar de hacer frente a las complejidades reales del mundo, se ha construido una cómoda versión simplificada con la finalidad de mantenerse en el poder, mientras esa falsedad se ha ido expandiendo e involucrando a la sociedad. Se ha preferido cerrar los ojos hasta que la realidad nos ha golpeado en la cara. Incluso quienes decían atacar al sistema en realidad se han convertido en parte del engaño, porque también han ofrecido soluciones de un mundo de fantasía, con promesas imposibles de cumplir, que han dejado sin efecto su oposición, generando desánimo y frustración; haciendo que nada pueda cambiar.

Hay un surgimiento de un nuevo y poderoso individualismo que no encaja con la idea de acción política colectiva. Esa división es increíblemente útil para quien quiera aprovecharse y no tener oposición organizada que contrarreste su poder. Si debilitas a los sindicatos, y consigues debilitar o trocear a la oposición (partidos, países,..), tendrás entonces vía libre.  Cualquier político que crea que puede tomar control de la sociedad por encima de otros poderes e intereses egoístas, y generar impulsos para construir un futuro mejor, es visto como peligroso para sus intereses. La política debería poder hacer esto, sin embargo al socavar su legitimidad, se enfrenta a lo que se llama «un mundo fuera de control», en el cual las cosas son tan complejas e interconectadas, y tan potencialmente peligrosas, que es imposible controlar los resultados.

¿Los políticos tendrían que renunciar a cualquier idea de tratar de cambiar del mundo?. Llevamos generaciones entre el dilema de la vieja idea de usar la política para cambiar el mundo, y una nueva idea de mantener al mundo como un sistema estable, creyendo que se puede planificar y gestionar el futuro. Pero pronto se ha descubierto que es imposible controlar y predecir todo, y cuando quieres ajustar los acontecimientos a un plan preestablecido, ese plan acaba fuera de control. Pero en lugar de revelar esto, los tecnócratas y parte de la ciudadanía, han fingido que todo estaba de acuerdo al plan original. Y lo que ha surgido es una mentira. Se ha construido una versión ficticia del mundo y de la sociedad.

REFERENCIAS.
https://es.wikipedia.org/wiki/Crisis_de_las_hipotecas_subprime
https://es.wikipedia.org/wiki/HyperNormalisation
https://goo.gl/NcSe2o
http://www.expansion.com/empresas/banca/2017/06/16/5943b6b646163fc2768b45ad.html
https://goo.gl/VQFPx6
http://cadenaser.com/ser/2017/01/16/sociedad/1484553659_260459.html

 

 

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