La maldad humana: ¿los malvados saben que lo son?

El tema del mal o de la existencia de maldad es muy antiguo, y a lo largo de la historia ha tenido múltiples explicaciones o interpretaciones, tanto desde el punto de vista religioso, filosófico, neurocientífico,… etc. Una cosa está clara, el mal existe y se pone en evidencia cada día en acciones concretas. Y otra cosa es evidente, los que perpetran esas acciones no se consideran desde su punto de vista como personas malvadas, incluso en algunos casos se consideran víctimas, y justifican sus acciones en base a distintas excusas. Como decía Baudelaire «jamás es excusable ser malvado, pero hay cierto mérito en saber que uno lo es».

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Quienes toda la sociedad mayoritariamente ve como malas personas, se ven a sí mismos justificados respondiendo a ataques y a provocaciones. Mientras, hay víctimas que se sienten culpables. Pero el tema es más complicado que todo esto, quitando una mínima proporción de la población, no existen buenos y malos puros, sino (como dice Aleksandr Solzhenitsyn): «Ojalá existiera la gente mala en un sitio cometiendo  malas acciones, y solo fuera necesario separarles del resto de nosotros y destruirles. Pero la linea que divide el bien del mal corta por el medio del corazón de cada ser humano. ¿Y quién quiere destruir una parte de su propio corazón?»..

Hay definiciones del mal o de la maldad, como una condición negativa relativa al ser humano, que indica la ausencia de moral, bondad, caridad o afecto natural por su entorno y quienes le rodean, actuar con maldad implica contravenir deliberadamente usando la astucia, los códigos de conducta, moral o comportamiento correctos en un grupo social. Lo que hacen los malvados, interpretándolo en función de las convenciones sociales, es todo lo contrario del bien. Esta forma de entenderlo es una interpretación maniquea (lo que no es blanco, entonces es negro)..

El mito del mal puro, en una versión populista, que consiste en: unos malos muy malos que por puro placer se dedican a hacer daño a las personas con una motivación gratuita y egoista, y unos buenos, muy buenos, que no se les pasa por la cabeza hacer nada malo. Los malos, además, suelen pertenecer a otro grupo extraño (nunca nosotros) que tienen rabo y cuernos, auténticos demonios que se comen a los niños crudos.

Mientras que yo o nosotros, los de nuestro grupo, somos unos santos que iremos al paraiso directamente, porque meamos colonia y somos personas de orden, mientras los malos son incapaces de autocontrolarse, especialmente cuando están cabreados. Las víctimas son siempre inocentes y nunca han realizado el mínimo daño. El mal siempre ha existido, promueve el caos y la guerra. Pero, aunque esto es una caricatura, resulta que es la forma en que mucha gente percibe el mal en el mundo..

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Baumeister encuentra que la violencia y la crueldad tienen 4 causas principales: la ambición (1) y la avaricia (2) (para enriquecimiento personal). La ambición y la avaricia explican  solo una pequeña proporción de la violencia, aunque del sadismo no explican prácticamente nada. Según Baumeister las dos principales causas son: la alta autoestima (3) y el idealismo moral (4), que normalmente creemos que son buenas, incluso para enseñarlas en los colegios. La autoestima, sin capacidades reales en las que sustentarse, puede llevar a un narcisismo inestable. Cuando alguien tiene una autoestima elevada, narcisista y no realista (en lugar de habilidades y capacidades por las que estar orgullosos) se siente fácilmente amenazado por la realidad y reacciona violentamente, especialmente los jóvenes.

Pero para provocar atrocidades masivas es necesario el idealismo: la creencia de que tu violencia es un medio para conseguir un fin (la fe en una religión, el comunismo, el nacionalismo, el nazismo,..) que sirven para dividir entre “ellos” y “nosotros”, y la gente «normal» se puede convertir en genocida, cumpliendo su «trabajo» de una manera eficiente. Las mayores atrocidades cometidas se hicieron pensando que se estaba creando una utopía y/o se estaba defendiendo la tierra natal, patria o tribu, de un ataque. El idealismo es peligroso porque al pensar que se está luchando por el bien absoluto, todo está justificado, y cualquiera que se oponga a ello se oponiendo a la utopía, al bien absoluto. Según Linda Skitka la gente que tiene fuertes sentimientos éticos, acerca de un asunto, cree que son los “buenos”, y deben librarse de toda amenaza y los (demás) “malos” paguen por todo; si hace falta saltándose todos los procedimientos y normas..

Ya decía Maquiavelo, que los hombres son tan simples, y se someten hasta tal punto a las necesidades presentes, que quien engaña encontrará siempre a quien se deje engañar. Todos ven lo que tú aparentas, pocos advierten lo que eres. Explica que quien piense que todo el mundo es bueno, es porque no ha ejercido el gobierno de los hombres. Es preferible evitar por las leyes la tendencia humana a hacer el mal (creyendo que la humanidad es bondadosa), a que tengamos que aplicar otras leyes más penosas (una vez desengañados) para corregir el mal, que los gobernados han causado..

Justificar un mal causado puede tener efectos más perjudiciales que el mal en sí mismo. La negación o justificación de un crimen abre las puertas a su posible comisión futura, es un discurso que contempla un nuevo exterminio. Los negacionistas, aunque prefieren que se les llame “revisionistas”, surgen a la par que la Declaración Universal de los Derechos Humanos (derechos que se erigieron en contra de una idea de “progreso” sin ataduras éticas, para consagrar positivamente la dignidad de la vida humana).

Apenas finalizada la II Guerra Mundial, cuando las evidencias del Holocausto comenzaban a dar la vuelta al mundo, los negacionistas sostienen que no hubo un plan masivo de exterminio (solución final) durante el régimen nazi, diciendo que no existían cámaras de gas, o que Hitler no sabía lo que sucedía. El Holocausto está totalmente documentado. Estas mismos razonamientos que se utilizan para justificar dictaduras y matanzas, se trasladan a otros ámbitos como la violencia machista, terrorismo,…. donde también hay quien los niega o justifica. El 26 de enero de 2007, la Asamblea General de la ONU emitió una resolución de condena de “cualquier tipo de negación del Holocausto”, considerando que “equivale a la aprobación del genocidio en todas sus formas”, y la negación del genocidio podría quedar comprendida dentro del delito de “complicidad”. Lo preocupante no es la perversidad de los malvados, sino la indiferencia de los buenos (Martin Luther King)..

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Si alguien piensa que cuando un abusón agrede a un semejante, éste luego vuelve a su casa, se sienta en el sofá y piensa convencido: ¡ qué mala persona soy !, se equivoca. Esto no funciona así, normalmente cuando vuelve a su casa necesita psicológicamente negarlo y debe buscar alguna excusa que lo justifique, y encontrará una o muchas razones por las que el agredido «se lo merece». De tal manera que cuando se lo vuelva a encontrar, no sólo no le pedirá perdón, sino que lo volverá a agredir con más saña. Y ésto no sólo sucede en ámbitos individuales, sino a nivel colectivo (nacional, regional, étnico, político, religioso, social,..).

Como decía Joseph Conrad: La creencia en una fuente sobrenatural del mal no es necesaria; el hombre por sí mismo es muy capaz de cualquier maldad. Aunque la estupidez humana (click) siempre va a superar a la maldad. En cualquier caso, como decía Tolstoi, no hagamos el mal y no existirá.

 

REFERENCIAS.

https://es.wikipedia.org/wiki/Mal

https://evolucionyneurociencias.blogspot.com.es/2012/12/el-mito-del-mal-puro.html

https://es.wikipedia.org/wiki/Problema_del_mal

http://marcianosmx.com/bondad-maldad-humana-neurociencia-respuesta/

http://elrincondemisdesvarios.blogspot.com.es/2012/01/la-maldad-humana.html

https://es.scribd.com/doc/16526254/Mal-Filosofia

http://www.filosofia.net/materiales/sofiafilia/hf/soff_em_15.html

http://www.infonews.com/nota/141628/el-negacionismo-como-la-justificacion-del

http://medina-psicologia.ugr.es/cienciacognitiva/?p=59